La orgía de los sabores
Codiciados caldos biodinámicos: Una pasión hecha vino
Por Héctor León
Los vinos biodinámicos, están en boga, son aquellos vinificados de manera artesanal y que toman en cuenta los ciclos lunares, ecológicos pues, que sólo usan productos orgánicos en los viñedos y son producidos de manera artesanal y con mucha pasión.
Es el caso de los vinos de la bodega Saó de Coster, del vinicultor Fredi Torres, quien compró una finca en la zona del Priorat, sur de Cataluña, España, y que desde 2003 produce dos vinos de autor o de guarda, con la máxima calidad: el Terram, con dos años de barrica y dos en botella, y el Sencillo, vino joven y elegante, que presentó en México.
Los vinos de esta denominación de origen son poco conocidos en México, corresponden a caldos producidos en terruños muy pequeños, de laderas accidentadas que arropan muy pocas vides, que son difíciles de trabajar y que por sus características minerales y terregosas ofrecen vinos excepcionales y muy codiciados, de producciones muy limitadas y, por consiguiente, un poco caros tanto en tiendas como en restaurantes.
Fredi Torres es dueño de la bodega y vino a promover sus vinos a México. Es un apasionado del vino y, más que un enólogo (que lo es y con título), se autodenomina un simple vinicultor que vive en y de su finca.
Hace vinos biodinámicos, naturales y artesanales, es decir, cosecha y exprime la uva con sus manos y trabaja a partir del calendario lunar, el cual tiene pegado en su pequeña bodega de alambiques de madera.
Conoce y respeta los días adecuados para vinificar, así como los días adecuados para catar; por ejemplo, la luna ascendente, predica paciencia para el corte de la uva, y la luna descendente indica los días para vinificar: para hacer los cortes y ensambles. Los ciclos de la luna le dictan las energías de los días raíz, días flor, días fruta y días tierra, de acuerdo a los cuatro elementos y sus energías. Todo un monje posmoderno del siglo 21, que vive para que la uva de lo mejor de sí.
Vinos Biodinámicos
Los vinos biodinámicas y/o ecológicos toman todos los nutrientes de la tierra, respetada en sus ciclos, y nutrida de materia orgánica, sin artificios; un cierto hippismo, pues sus fincas, al contrario del tradicional viñedo limpio y sin hierba, están llenas de flores y de arbustos robustos que nutren las tierras donde surge la vid en armonía con su entorno, con sus insectos que hacen el equilibrio de mata plagas, donde la nieve, cuando la hay, disminuye los hongos nocivos y da fortaleza de hidrógeno a las vides: la uva, así surge con su fuerza natural y despliega toda la fuerza de su mosto vivificador, argumenta.
El Priorat alcanzó su denominación de origen hace 40 años. Tierras que fueron abandonadas al cultivo de la vid por muchos años, aunque nutrieron de uva hacia la segunda mitad del siglo a buena cantidad de vinos franceses cuando la plaga filoxera invadió toda Europa allá por los años 30s, situación que puso en jaque a toda la producción del vino, mientras que al Priorat no lo alcanzó la plaga.
Corresponde a un terreno de 15 mil hectáreas de excelente tierra que fue abandonada y de la que ahora apenas se cultivan unas 2 mil hectáreas. Suficientes para producir vinos excepcionales de gran fuerza aromática y potencia, con un tanino muy fino y elegante.
Son tierras donde no entra el tractor, tal vez por eso, Fredi Torres, inició la presentación de sus vinos con la foto de La Morena; una mula de 36 años que hace el trabajo duro, uno de sus activos más amados. Todo el proceso del cultivo, poda de la uva y vinificación es manual y, prácticamente, explicó, que de los dos a tres kilos de uva de cada planta, surge una botella de Terram y Sencillo. No es poca cosa, para plantas de entre alrededor de 80 años.
DOC Priorat, Sur de Cataluña
Priorat, ubicada al sur de Cataluña, en la provincia de Tarragona, obtuvo la DOC (denominación de origen controlada) en 2000; la segunda en España, después de la Rioja. La DOC es como la supercategoría que se otorga a los vinos de gran calidad por la exigencia y control que se establece durante todo el proceso de producción.
Se ha hecho casi un mito de estos vinos, que son cada vez más apreciados por los amantes de éstas verdaderas y codiciadas joyas, fruto de prodigiosas tierras.
Hoy en el mercado mexicano la gran mayoría de los Prioratos están considerados como superestrellas del vino; los más conocidos --los que fundaron el mito de los Prioratos-- fueron los de las Bodegas de Álvaro Palacios; pero no significa que son los mejores ni los únicos.
Son etiquetas de bodegas muy pequeñas y familiares que elaboran vinos auténticos. La historia de estas tierras deviene del siglo 12, cuando los monjes del Monasterio Cartujo de Escala Dei empezaron a desarrollar el cultivo de la vid y crearon la leyenda de vinos muy poderosos y estructurados.
En 1974, la FAO emitió una declaración donde estableció que el terruño del Priorat era la zona ideal para hacer los mejores vinos del mundo, gracias a su suelo y a su clima.
En el viñedo típico del Priorat las vides están plantadas sobre un terreno muy inclinado y accidentado, casi imposible a la mecanización; por lo que el terreno retiene muy poco el agua --las raíces tienen que bajar muy profundo para succionar agua--, y esto hace que las cepas sean muy pequeñas y den poca producción; por lo que la uva guarda una gran concentración de sabor y acidez que la vuelve excepcional.
La calidad de la uva la proporciona la licorella, la piedra que forma 90 por ciento del suelo del Priorat, la cual obliga a que el terreno drene mucho y obligue a la cepa a buscar agua muy profundo el agua y, entre más sufre la planta, mejor uva ofrece.
Las características de estos vinos devien de una mezcla clásica de uva Garnacha con Cariñena; la garnacha le da color oscuro granate al vino, casi negro, es un vino carnosos y de notas frutales muy intensas; la uva Cariñena le da el vigor y la acidez.
Los tintos, en su mayoría, son de un color extremadamente oscuro, muy densos y con aromas a frutos secos y a fruta madura. En boca, son fuertes de carácter y estructura, cálidos, potentes, con taninos bien marcados y persistentes.
Pasión embotellada
La filosofía de Fredi Torres es la locura total de embotellar pasión y hacer un vino único. De las cosechas de 2005 a la fecha, fluctúan entre 5 mil botellas por añada. De su nuevo vino, el Sencillo, unas 20 mil.
En un vino clave en el tiempo y de aquellos que “desean algo especial”; dice, pues “apostamos por brindar un vino hecho con mucha pasión. Queremos que la copa huela al Priorato: hago vino para apasionados”.
Por lo pronto, la Comercializadora Gratolipos-Priorato, de la mano de dos jóvenes empresarios amantes del Priorat, José Fuertes y José Barrueco, está importando estos vinos y buscan ser los promotores de estos excepcionales vinos catalanes. Los vinos ya están en algunos restaurantes y casas Gourmet de la ciudad de México. Y a decir verdad, merecen suerte y un aplauso.
Hola, si les interesan los vinos biodinámicos, tenemos una seleccion de bodegas francesas que siguen toda la filosofía de la biodinamia....Puedes saber mas en
ResponderEliminarwww.vino-sapiens.com
Salud y Bendiciones
Carlos Sapiens