Por Héctor León
Un espíritu de dominio o de grandeza, una mirada hacia la miniatura real del tamaño del orgullo; un “¿te miro desde arriba y tú abajo”, atacan la neurona del comensal cuando toma el cuchillo y le otorga un grato bocado a la pechuga de pato marinada a base de miel y especias junto con una salsa de naranja, anís y cardamomo: ave que en su volar nunca imaginó alcanzar las alturas donde terminó sus felices días.
Desde el piso 41 de la Torre Latinoamericana, corona al rascacielos de la ciudad de México, el Restaurante Miralto, a 182 mts. del asfalto, “una cocina de altura”, reza su slogan.
En el día se puede afinar la vista por toda la metrópoli y descansar el gusto con un buen y jamesboonesco Martini o amainar la sed con una copa de vino o cerveza; a la tarde, el ocaso de la ciudad de México puede convertirse en un suceso un tanto orgásmico, sobre todo, si se cucharea una sopa de cebolla, preparada a base de vino tinto, cubierta con pasta hojaldre: a la noche el manto de luciérnagas, allá abajo, pero a la altura de los ojos, pueden ser casi tocadas por el orgulloso cazador de bengalas: juegos pirotécnicos que nunca faltan en la capital y pueblos que la circundan.
Aunque los clientes son en su mayoría turistas, alcanzar la cima del Miralto lo convierte a uno en turista en su propia ciudad. La torre de Televisa, tras un sorbo del vino del Priorat de una cava bien armada, se va transformando en parisina; la ciudad se abre desnuda para mostrar sus medias de red en ríos o avenidas que suben hacia un dibujado monte Venus o Vesubio o al Ajusco; al tiempo que las costillas de cordero con una costra de chiles secos, azúcar mascabado y oleaginosas, sobre un gratín dauphinois, hacen los honores al paladar de la ciudad.
Bodas, entregas de anillo, aniversarios, reuniones de políticos, amasiatos, noviazgos, burócratas haciendo el gasto del mes ante su amante, o la copa en el bar lounge del Miralto, así como fiestas de embajadas, y conferencias de prensa y eventos importantes de la SECTUR
Cocina del piso 40
El salón está en el piso 41, la cocina en el 40. Desde la cocina las letras luminosas en azul, son testigos de la tal vez la cocina más joven de México, pues el equipo de cocineros no pasa de los 30 años. Liderada por el chef Jorge Daniel Muñoz Chávez (Chihuahua, 1985), con una amplia trayectoria, pertenece a la escuela del cheff Mikel Alonso, del restaurante Biko, que a su vez se formó con el chef Ferrián Adría, del Bulli (el mejor restaurante del mundo). Esas son sus coordenadas.
Sus postres son creaciones originales y hechos al momento, La cava de vinos es bastante amplia, vinos mexicanos y de Europa. Escalar hacia la cima del Miralto, es una grata experiencia degustar su cocina internacional con toques de cocina molecular en su propuesta gastronómica mexicana.
Restaurante Miralto
Cocina Internacional
5518-1710
http://www.miralto.com.mx/
El Dato: algunas cocinas en rascacielos
Overseas Union Bank,
Singapur, de 280 mts, de altura )
El 40 Tomorrow Square (285 mts),
Shanghai
-Cheung Kong Center
290 metros
1999
Hong Kong (Hong Kong)
-South Wacker Drive 311
293 metros
1990
Chicago (Illinois)
Kingdom Centre
298 metros
2001
Ryad (Najd)
Arabia Saudi, Asia
Chase Tower
305 metros
1982
Houston (Texas)
¿Burj al Arab Hotel
321 metros
1998
Dubai (Dubai)
Emiratos Arabes, Asia
Emirates Office Tower
355 y 309 metros
2000
Dubai (Dubai)
Shanghai World Financial Center
492 metros
2008
Shanghai (Shanghai)
Burj Dubai
818 metros
2009
Dubai (Dubai)
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