Lorenzo León Zazueta
Pluma28azul@hotmail.com
Afirman los que sí saben, que a Tales de Mileto le preguntó uno de sus discípulos “¿Maestro?, qué es aquello que en la vida es lo mas fuerte, tan fuerte que todo lo vence, lo que es imposible de vencer. Tales de Mileto le miró sonriente y exclamó: El tiempo.”
Así es que la vida me ha dado tiempo, mucho tiempo para escribir estas notas y en mi autobiografía me despido con largueza de mi gente, de mi raza, e iré bajando lentamente al precipicio donde el tiempo se acaba, mi tiempo se termina con satisfacción y sonriente, cansado y agotado por haber y seguir gozando de lo que me agrada: ya con el cuerpo desgastado tal como debe de ser por alguien que ha disfrutado mucho de la vida en todos sus aspectos, en los 83 años transcurridos y ya merito los 84 con salud y sano y lógicamente con todas la piezas vitales de mi cuerpo muy desgastadas.
En el mes de diciembre del año pasado, el tiempo se llevó a un gran hombre del periodismo nacional; me refiero a Granados Chapa quien se despidió de sus lectores únicamente en una línea que decía así: “Esta es la ultima vez que nos encontramos. Adiós”.
Muchos compañeros de la pluma se van quedando en el gran camino en todo lo largo y lo ancho del territorio nacional, pero me siento orgulloso porque estoy seguro y así lo afirmo que todos ellos fueron dignos periodistas y caminaron por la vida como lo manda TAO. “SIEMPRE POR EL CAMINO VERDADERO” Lo recordamos así: un hombre siempre serio, con su gran barba y sus larguísimos puros que prendía ceremoniosamente en el café aquel que se encontraba en un pasaje por el rumbo de la calle de Balderas donde en ese tiempo se encontraba el gran periódico nacional “La Jornada”.
Sería muy triste contar la inquietud que siento cuando se de la partida de gente del gremio. También recuerdo muy seguido al compita y “gran jefe pluma blanca” siempre de mezclilla y de conversación amena y de enseñanza sobre periodismo superior, que nos la demostró ampliamente en sus columnas de todos los medios Mexicanos.
Me refiero a Renato Leduc con su pelo largo, igual que su cara de indígena dispuesto siempre a ayudar a todos lo que empezábamos.
También Renato Leduc, siempre en compañía de su compadre Pepe Alvarado recorría los buenos y malos bares diariamente o de ves en cuando hasta terminar en el Tenampa, ambos conocían la importancia del tiempo, por tal motivo Renato escribió el famoso y hermoso soneto “Sabia virtud de conocer el tiempo” y para terminar como los grandes toreros a la hora de matar, transcribo el soneto de Renato Leduc “el gran jefe pluma blanca.”
Sabia virtud de conocer el tiempo; - a tiempo amar y desatarse a tiempo; - como dice el refrán: dar -tiempo al tiempo... - que de amor y dolor alivia el tiempo.ttttyu7
Aquél amor a quien amé a destiempo - martirizóme tanto y tanto tiempo - que no sentí jamás - correr el tiempo, - tan acremente como en ese tiempo.
Amar queriendo como en otro tiempo - ignoraba yo aún que el tiempo es oro - cuánto tiempo perdí -ay- cuánto tiempo.
Y hoy que de amores ya no tengo tiempo, - amor de aquéllos tiempos, cómo añoro - la dicha inicua de perder el tiempo...
Aquél amor a quien amé a destiempo - martirizóme tanto y tanto tiempo - que no sentí jamás - correr el tiempo, - tan acremente como en ese tiempo.
Amar queriendo como en otro tiempo - ignoraba yo aún que el tiempo es oro - cuánto tiempo perdí -ay- cuánto tiempo.
Y hoy que de amores ya no tengo tiempo, - amor de aquéllos tiempos, cómo añoro - la dicha inicua de perder el tiempo...
-Renato Leduc.
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