Oku no Hosomichi “El camino delgado al interior” será inaugurado en el Centro Cultural Roma

El viaje de Ichiro
Oku no Hosomichi “El camino delgado al interior” será inaugurado en el Centro Cultural Roma, Alvaro Obregon 126, Col. Roma el jueves 10 de Junio a las 20:00 horas. Tocarán el grupo de minimal jazz Rompehielo, el grupo de NiL jazz Loopez & Fong y el DJ Sonido Popular


Por Feike Fong


Agencia todocultura
 

El mayor producto de exportación de México no es el petróleo, ni las auto partes, más bien es la inspiración artística. Eso es afortunado porque luego no hay disposición para pagar los artistas por lo que producen en el mercado interno. México no tiene mercado de arte, pero el país es una gran escuela. Los alumnos, mexicanos y extranjeros, pueden ganar galardones en otros países, ha habido casos recientes en el cine y la literatura, pero en esta escuela solo se da a los alumnos lo necesario, ni riqueza, ni fama, sólo la inspiración y el buen ejemplo para saber cómo moverse. Cómo hacer algo con nada. Cómo apoyarse en los amigos para hacer cosas solo porque a uno le pega la gana.

Un extranjero más se ha metido en este camino polvoriento hacia el arte y la auto-expresión, Ichiro Kitazawa, un joven fotógrafo de Kyoto, Japón. Tiene 28 años y la exposición Oku no hosomichi “El delgado camino al interior” en el Centro Cultural Roma, será su debut como fotógrafo. El título fue tomado de un libro del gran poeta y viajero japonés del siglo 17, Matsuo Bashu.

Kitazawa estudio arquitectura en Japón y trabaja de cocinero para pagar sus gastos. Esta inauguración no solo es la inauguración de una exposición, es la inauguración de una carrera artística.
Las fotos de Kitazawa no son un testimonio social, más bien son un viaje imaginario por el reino místico de la Ciudad de México. Para el mexicano que esta buscando un trabajo para pagar la colegiatura de sus hijos o ahorrar para su jubilación vivir en reino místico en lugar de ser inspirador es una amenaza económico. Para el fotógrafo quien no va en la búsqueda de una realidad mexicana, sino más bien de una realidad humana que es más fácil encontrar en México, el reino místico es un regalo de primera.
Donde los mexicanos ven una bola de pobres, o un vergonzoso sub-desarrollo, el ojo extranjero fácilmente ve fuertes identidades individuales, marcadas por su historia sin que esta se esconda detrás de la pantalla de la superficialidad y de los modismos modernas. Por eso inspiran
Al mismo tiempo el mexicano en esas fotos fácilmente reconoce el México de Buñuel y Bréton y se deprime, pensado parado frente a los sobrios ojos morenos en caras desgastadas por el sol que poco ha cambiado, poco ha avanzado, poco se ha modernizado.
Para Kitazawa como para tantos extranjeros antes de él ha sido una cuestión de pulir estas imágenes hasta que son dignas de la realidad que las engendro. Trabajo con una cámara analógica y desarrolló las fotos en su cuarto oscuro, en un departamento pequeño ubicado en la antigua capital imperial de Japón. Las imágenes en blanco y negro dan una sensación de estar fuera del tiempo en un mundo eterno.
El tiempo mostrará dónde terminará la carrera de Ichiro Kitazawa, o será artista reconocido en las galerías de arte de Kyoto o cocinero vendiendo sopas en sus calles. Su primera exposición muestra gran promesa y se espera que otra vez el camino iniciado en esa país le lleva a alturas desconocidas en el futuro. Ese es el premio que a veces da México a los extranjeros, quienes se arriesgan en amarlo.






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