La orgía de los sabores
Lanzamiento mundial del brandy Bayass 12, en México
Undurraga, una visita al viñedo chileno
Una cata sensorial con la moda y el vino Lalama en boutique Carolina Herrera
Por Héctor León
Se realizó el lanzamiento mundial en México del brandy Bayass 12 de la empresa familiar (que nunca ha cotizado en la bolsa) González Byazz, fundada en Jerez, España, en 1835. Debido a la importancia estratégica de México y que su primer embarque llegó en 1908, la empresa “con tradición familiar e impulso de la cultura del vino de calidad”, decidió lanzar su Bypass 12 (criado en doce bodegas en cascada) comentó en entrevista con La Orgía de los sabores, su presidente Felipe González-Gordon, quinta generación de la familia.
Los también creadores del famoso Jerez Tío Pepe, del anís Chinchón y los vinos generosos Noé y Matusalem, lanzan este brandy al mercado con las características de un brandy para jóvenes muy “cool”, pues se puede combinar con refresco Ginger Ale. Al pasar por una selección de soleras envejecidas 12 años y que antes fueron utilizadas para sus vinos, el brandy resulta envinado, acaramelado, con notas de vainilla y pasas.
Para los amantes del brandy, Baypass 12 es una nueva experiencia, pues resulta ligero y con sensaciones de maderas añejadas, ideal para abrir boca o después de la comida. Si bien ya esta en las principales tiendas de vinos, como la actitud de este brandy va dirigido a los jóvenes, han optado por las redes sociales como plataforma de lanzamiento.
Desde 1955 la casa creó uno de los primeros centros de investigación en vinos olorosos envejecidos en botas (CIDIMA), con el fin de respaldar su concepto de máxima calidad y compromiso con sus mercados en más de 70 países; por lo que la familia se ha negado a entrar a cotizar en las bolsas de valores.
Entre las visitas a sus bodegas en Jerez, que está consignado con sus rúbricas en botas, se cuentan La reina Isabel, en 1862; el Alfonso XIII, 1882, y la realeza europea en todo un siglo de embotellar vinos generosos.
Visita a los viñedos Undurraga
Tras la invitación a visitar los antiguos viñedos de Undurraga, Chile, nuestro amigo fotógrafo Raymundo Monterrubio, realizó un ensayo fotográfico, de la viña que se ha modernizado a pasos acelerados y que hoy mantiene en el mercado mexicano dos iconos del vino de nueva factura.
Nos referimos al excelente carmenére Sibaris, y su sensacional Altazor. El Sibaris carmanere es elegante y fino y cumple con las complejidades de la uva, por eso el Sibaris esta enfocado a paladares exigentes, sibaritas
El caldo Altazor, esta inspirado en un poema del gran poeta chileno Vicente Huidobro. Un vino de autor, singular y con mucha personalidad. Un vino con “tintes de genialidad y locura: audaz”. Un ensamble con cuatro uvas (Cabernet, Syrah, Carmenére y Merlot) y que cada año cambiara sus cepas. Altazor tiene una etiqueta de estilo de la corriente futurista, muy audaz pero de gran calidad. El vino reproduce esta estrofa del poema de Huidobro: “Si no hiciera al menos / una locura al año, /me volvería loco”.
En reciente visita a México, la enóloga María del Pilar Díaz, a quien agradecemos la cortesía de haber recibido a nuestro fotógrafo en sus viñedos, dio a conocer las nuevas dinámicas de una de las viñas más antiguas de Chile, que están en un proceso de modernización debido a los avatares del cambio climático y las nuevas sinergias del mercado
Los viñedos Udurriaga tienen una superficie total cercana a las mil 200 Hectáreas y se ubican en los valles de Maipo, Colchagua y San Antonio (Leyda).
Nueva experiencia cata moda y vino: Lalama y Carolina Herrera
El club de vinos Vinarmoni, a cargo de Régis Poincheval, está impulsando nuevas experiencias sensoriales entre el vino y la moda, entre las sensaciones de las telas y las pieles y su correspondencia con el olfato, la vista y el sabor. En la boutique Carolina Herrera de Altavista, se realizó la primea experiencia con modelos que portaban prendas de la famosa diseñadora y el vino Lalama, un vino muy sutil y fino de Galicia, España, muy codiciado, y de venta en México en este club.
Como cualquier cata, hay que poner la mente en blanco, iluminar la vista con las modelos para luego tocar y apreciar las texturas de sus prendas, tomar el vino, comparar colores, sentir la sedosidad de los elementos expuestos a los cinco sentidos, a partir de dos colores: el rojo y el negro.
Una nueva manera de abordar el vino, de explayar los sentidos hasta el límite de las sensaciones, pues ahora interviene la belleza del cuerpo, el tacto y la astringencia de las pieles y prendas finamente bordadas por la artista de la moda C.H. “En la esencia de una cata, nadie tiene razón, nadie está equivocado, la cata es algo personal”, explicó Regis Poncheval.
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