21 de enero de 2010

FIDEL TIRA TRES PIEDRAS....ANTE LA DESGRACIA DE HAITI E INVASION DE EUA...

POR FIDEL CASTRO

 A PRENSA INTERNACIONAL....

El líder de la Revolución Cubana denuncia que Haití constituye unavergüenza de nuestra época, en un mundo donde prevalece la explotacióny el saqueo de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta.Sostiene que a la población mundial no la amenazan únicamentecatástrofes naturales como la de Haití, que es sólo una pálida sombrade lo que puede ocurrir en el planeta con el cambio climático, que fueobjeto de burla y engaño en Copenhague La lección de Haití Desde hace dos días, casi a las 6 de la tarde, hora de Cuba, ya denoche en Haití por su ubicación geográfica, las emisoras de televisióncomenzaron a divulgar noticias de que un violento terremoto, conmagnitud de 7,3 en la escala Richter, había golpeado severamente aPuerto Príncipe. El fenómeno sísmico se había originado en una fallatectónica ubicada en el mar, a sólo 15 kilómetros de la capitalhaitiana, una ciudad donde el 80% de la población habita casasendebles construidas con adobe y barro. Las noticias continuaron casi sin interrupción durante horas. No habíaimágenes, pero se afirmaba que muchos edificios públicos, hospitales,escuelas e instalaciones de construcción más sólida se reportabancolapsadas. He leído que un terremoto de magnitud 7,3 equivale a laenergía liberada por una explosión igual a 400 mil toneladas de TNT. Descripciones trágicas eran transmitidas. Los heridos en las callesreclamaban a gritos auxilios médicos, rodeados de ruinas con familiassepultadas. Nadie, sin embargo, había podido transmitir imagen algunadurante muchas horas. La noticia nos tomó a todos por sorpresa. Muchos escuchábamos confrecuencia informaciones sobre huracanes y grandes inundaciones enHaití, pero ignorábamos que el vecino país corría riesgo de un granterremoto. Salió a relucir esta vez que hace 200 años se habíaproducido un gran sismo en esa ciudad, que seguramente tendría unospocos miles de habitantes. A las 12 de la noche no se mencionaba todavía una cifra aproximada devíctimas. Altos jefes de Naciones Unidas y varios Jefes de Gobiernohablaban de los conmovedores sucesos y anunciaban el envío de brigadasde socorro. Como hay desplegadas allí tropas de la MINUSTAH, fuerzasde Naciones Unidas de diversos países, algunos ministros de defensahablaban de posibles bajas entre su personal. Fue realmente en la mañana de ayer miércoles cuando comenzaron allegar tristes noticias sobre enormes bajas humanas en la población, eincluso instituciones como Naciones Unidas mencionaban que algunas desus edificaciones en ese país habían colapsado, una palabra que nodice nada de por sí o podía significar mucho. Durante horas ininterrumpidas continuaron llegando noticias cada vezmás traumáticas de la situación en ese hermano país. Se discutíancifras de víctimas mortales que fluctúan, según versiones, entre 30mil y 100 mil. Las imágenes son desoladoras; es evidente que eldesastroso acontecimiento ha recibido amplia divulgación mundial, ymuchos gobiernos, sinceramente conmovidos, realizan esfuerzos porcooperar en la medida de sus recursos. La tragedia conmueve de buena fe a gran número de personas, enespecial las de carácter natural. Pero tal vez muy pocos se detienen apensar por qué Haití es un país tan pobre. ¿Por qué su poblacióndepende casi en un 50 por ciento de las remesas familiares que sereciben del exterior? ¿Por qué no analizar también las realidades queconducen a la situación actual de Haití y sus enormes sufrimientos? Lo más curioso de esta historia es que nadie pronuncia una palabrapara recordar que Haití fue el primer país en que 400 mil africanosesclavizados y traficados por los europeos se sublevaron contra 30 mildueños blancos de plantaciones de caña y café, llevando a cabo laprimera gran revolución social en nuestro hemisferio. Páginas deinsuperable gloria se escribieron allí. El más eminente general deNapoleón fue derrotado. Haití es producto neto del colonialismo y elimperialismo, de más de un siglo de empleo de sus recursos humanos enlos trabajos más duros, de las intervenciones militares y laextracción de sus riquezas. Este olvido histórico no sería tan grave como el hecho real de queHaití constituye una vergüenza de nuestra época, en un mundo dondeprevalece la explotación y el saqueo de la inmensa mayoría de loshabitantes del planeta. Miles de millones de personas en América Latina, África y Asia sufrende carencias similares, aunque tal vez no todas en una proporción tanalta como Haití. Situaciones como la de ese país no debieran existir en ningún lugar dela Tierra, donde abundan decenas de miles de ciudades y poblados encondiciones similares y a veces peores, en virtud de un ordeneconómico y político internacional injusto impuesto al mundo. A lapoblación mundial no la amenazan únicamente catástrofes naturales comola de Haití, que es sólo una pálida sombra de lo que puede ocurrir enel planeta con el cambio climático, que fue realmente objeto de burla,escarnio y engaño en Copenhague. Es justo expresar a todos los países e instituciones que han perdidoalgunos ciudadanos o miembros con motivo de la catástrofe natural enHaití: no dudamos que realizarán en este instante el mayor esfuerzopor salvar vidas humanas y aliviar el dolor de ese sufrido pueblo. Nopodemos culparlos del fenómeno natural que ha tenido lugar allí,aunque estemos en desacuerdo con la política seguida con Haití. No puedo dejar de expresar la opinión de que es hora ya de buscarsoluciones reales y verdaderas para ese hermano pueblo. En el campo de la salud y otras áreas, Cuba, a pesar de ser un paíspobre y bloqueado, desde hace años viene cooperando con el pueblohaitiano. Alrededor de 400 médicos y especialistas de la salud prestancooperación gratuita al pueblo haitiano. En 227 de las 337 comunas delpaís laboran todos los días nuestros médicos. Por otro lado, no menosde 400 jóvenes haitianos se han formado como médicos en nuestraPatria. Trabajarán ahora con el refuerzo que viajó ayer para salvarvidas en esta crítica situación. Pueden movilizarse, por lo tanto, sinespecial esfuerzo, hasta mil médicos y especialistas de la salud queya están casi todos allí y dispuestos a cooperar con cualquier otroEstado que desee salvar vidas haitianas y rehabilitar heridos. Otro elevado número de jóvenes haitianos cursan esos estudios demedicina en Cuba. También cooperamos con el pueblo haitiano en otras esferas que están anuestro alcance. No habrá, sin embargo, ninguna otra forma decooperación digna de calificarse así, que la de luchar en el campo delas ideas y la acción política para poner fin a la tragedia sin límiteque sufren un gran número de naciones como Haití. La jefa de nuestra brigada médica informó: “la situación es difícil,pero hemos comenzado ya a salvar vidas”. Lo hizo a través de unescueto mensaje horas después de su llegada ayer a Puerto Príncipe conrefuerzos médicos adicionales. Tarde en la noche comunicó que los médicos cubanos y los haitianosgraduados de la ELAM se estaban desplegando en el país. Habíanatendido ya en Puerto Príncipe más de mil pacientes, poniendo afuncionar con urgencia un hospital que no había colapsado y utilizandocasas de campaña donde era necesario. Se preparaban para instalarrápidamente otros centros de atención urgente. ¡Sentimos un sano orgullo por la cooperación que, en estos instantestrágicos, los médicos cubanos y los jóvenes médicos haitianos formadosen Cuba están prestando a sus hermanos de Haití!

Fidel Castro RuzEnero 14 de 20108 y 25 p.m._______________________________________________Solidaridadconcuba mailing listSolidaridadconcuba@listas.mmsc.laneta.apc.orghttps://listas.mmsc.laneta.apc.org/listinfo/solidaridadconcuba

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