13 de septiembre de 2011

La clínica de Novak Djokovic

La clínica de Novak Djokovic
Lucha de Gigantes para el número Uno










Por Héctor León

 
¿Quién quiebra. gana? ¿Quién tiene mayor porcentaje en el primer saque, gana? Dilación y frialdad, un binomio inseparable en la final del US Open 2011, entre el guerrero de Djokovic y el matador de Nadal: lucha de gigantes, de titanes en el coliseo neoyorkino.
A contrapierna los golpes del número uno, reveses a dos manos fulminantes del número dos. La devolución contundente de Djokovic deshizo la garra de un Nadal, sufrido en la embestida del serbio. 6/2, 6/4, 6/7 y 6/1, para Djokovic, que ofreció una clínica de tenis a todos sus oponentes de su tercer Gran Slam del año. Entró a la historia junto a Nadal y Federer.
¡Qué agarrón! Sin tregua, a puntos de hasta 27 golpes y a 160 km por hora los golpes. Sorprendente juego de ataques continuos y de defensas férreas. Al borde de la silla en un ato de nervios, las profundidades que ganaban las pelotas a las rayas sucumbían al mejor: Novak.

Las dejaditas y subidas a la red terminaban en juego de danzantes que voleaban la pelota para un final sublime: touché, digo, punto para Nadal. Una verdadera pelea de callejón, sin caballerosidad antepuesta a la inteligencia del arte del tenis de estos dos astros.
La meticulosidad quirúrgica del golpe cruzado queda en tercer grado ante la psicología de la precisión. Furia de titanes que nunca cedieron ante el grito de la tribuna, ni de un juez adverso a Nadal.
Casi sin aliento, en la ciudad de Woody Allen, toda una rapsodia en blue proyectaron debajo de un sol candente en ocaso y una luna amarilla que iluminó sólo a un campeón: Djokovic, para rato. ¿Quién lo parará
Ante el error no forzado el pulso infame de Nadal en el momento definitivo, cuando el punto histórico y definitorio del tercer set en un 6/5 15/30, para Nadal que luchaba por la sobrevivencia y Novak por el campeonato.
Tie Break para llegar a un cuarto set, cuando Djokovic caía al piso pidiendo tres minutos para masaje, en una pausa contraproducente para Nadal. Dos revés hermosos dieron como epílogo la corona al número uno: suprema clínica de Djokovic.

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