Serena, sencillamente invencible
Por Héctor León
El morbo terminó. Roger Federer se alzó con la victoria cual adicto al triunfo, no sabe perder, no puede perder; hace un año lloro de rabia, ayer regresó a ponerle imagen al espejo de la perfección de un Dorian Grey que no estuvo a la altura de Oscar Wilde y que le faltó un poco de David Copperfield de Dickens, algo de aquel guerrero escocés Corazón Valiente: Murray, cayó ante el rey en tres sencillos sets, y en muerte súbita, algo de emoción a la final.
Después del primer set, hubo que silenciar el sonido del monitor, el periodista digital a deshoras, recordó cuando Federer anuncia a sus seguidores en fecebook que está con sus mellizas, que irá a dar una vuelta al lago helado de Basilea, que al otro día parte a Nueva York, donde los espera para firmar en una tienda de la 5ª Avenida y, que no falten a la cita en Melbourne, que no los defraudará: Que ganará.
Entonces un poco de blues, de rock, de Chopin, y a disfrutar de esa cátedra de tenis/arte con sus magníficos reveses de derecha hacia arriba, haciendo todo fácil y ganando, de paso, su 16 Grand Slam. El arte está en ponerla en la raya opuesta al jugador opositor que destrozado va cayendo en una lluvia de sudor y desgastando la punta del zapato tenis que la cámara lo toma puntual; el arte de doblegar el pundonor del inglés que carga con varias décadas de sequía tenística. Murray luchó contra un creador y fue vencido.
El ganador de más torneos de la era abierta, en punto de las cinco de la mañana ya había puesto los parciales en 6-3, 6-4 y 7-7; y nos regaló un tiebreak delicioso, con tres ocasiones para el Match Point de campeonato, y dándose el lujo de querer terminar con una dejadita que Murray tuvo la vergüenza de opacar, “así no, Federer”, le dijo “mátame como buen guerrero, con el sable/raqueta en el aire”. Y así fue un bello 13-11, en muerte súbita.
La reina Serena Williams del Open de Australia 2010
Sencillamente Invencible
Serena Williams, la pantera del tenis, doblegó a una entusiasta Justin Henin, para obtener su quinta corona en el Open de Australia. La Belga con un juego contundente no le alcanzó en esta ocasión, pero en la red le dejo al oído a Serena, “para la otra”, por que está vuelta aun los números 6-4, 3-6 y 6-2.
En el bello Park Melbourne, en la imponente Rod Laver Arena, el mundo del tenis pudo dar por cierto que el tenis moderno primero consiste en la fineza del golpe y la certeza de que la pelota caiga adentro. Certeza contra potencia. Serena parece invencible, ¿quién la detendrá?
Combinación de golpes, miradas a los jueces de línea que dudaban, break points no sostenidos, sin abandonar el esfuerzo, cayendo en la línea, sin dejar pelotas a la suerte, cual fieras en acecho las tenistas dejaron claro algo que de la Rod Laver Arena, nadie sale vivo: match point, ¡Viva la reina Serena!
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