22 de febrero de 2010

José Fors/ Sobre Papel/ Galería Quetzalli


José Fors/ Sobre Papel/ Galería Quetzalli
14 Febrero-15 Marzo 201
Línea y representación
Armando Chong
La línea es el trazo tangible del mundo, la definición misma de su escenario y entidades que lo habitan, y son sus formas y contornos lo que nutre el imaginario y la capacidad representativa del artista. El motivo que mueve las manos para desplegar las tintas sobre el papel y azúcar sobre las placas que más tarde revelaran la interpretación luminosa, particular y sensible del hombre sobre la realidad.
El mundo y sus formas inquietantes ante la mirada son siempre una necesidad insoslayable de representación. El lenguaje es el recurso del intelecto para nombrar su entorno, para poder manipularlo, para poder abstraerlo, aprehenderlo y de esa forma transformar todo aquello que nos rodea en un concepto, en materia de conocimiento, en un bien propio que pueda ser usado para tratar de comprender el estado de las cosas y su forma de relacionarse con lo otro. Y puede verse en esta muestra de José Fors esa necesidad del artista de representar mediante la línea la esencialidad de la materia, el poder del dibujo de llenar con sus formas puras y primitivas el inmenso vacío que nos contiene.
José llega a crear en algunos de estos trabajos una iconografía personal emparentada con el ideograma y el pictograma que son la base de la escritura oriental, tanto por el desarrollo de sus conceptos como por la estética de la forma y su carácter invocatorio y por su intento de representar la idea que el artista tiene de los diversos temas y cosas que lo tocan.
Estas obras nos hablan de la necesidad del hombre de agruparse, de formar vínculos y en esta congregación, comunicarse y expresar lo acontecido, tal es el caso de La tribu, Familia y congregación, donde puede verse como todos estamos unidos por el lazo de la pertenencia y formamos un bloque compacto que nos mueve al unísono, llenando el espacio y conquistándolo para enfrentar la adversidad o en muchos casos llegar a ser la misma adversidad ya que en ese intento asociativo dejamos siempre fuera a los demás, a todos aquellos que no son de los nuestros.

En Las 3 gracias y 3 peligros se nos muestra la capacidad dialéctica del signo, la convivencia de lo negativo y lo positivo, su necesidad de ser lo mismo y diferente para poder ser y existir, el balance del bien y el mal en uno mismo y la voluntad de discernimiento del hombre, la delgada línea entre razón e instinto, que nos separa de la naturaleza y nos hace volver a ella de manera irrevocable.
A manera de memento mori se presentan Ave atropellada y La muerte del rinoceronte donde la muerte de estos seres nos recuerda la propia y nos hace ver el carácter transitorio de todos los seres que poblamos el mundo y que coincidimos aquí por un instante acotado por el tiempo y el espacio que nos toca, compartiendo los sujetos y objetos que moldean la memoria individual y colectiva y que conforman de algún modo el contenido estructural del ser y estar ahí, desarrollando el apego enfermizo y angustiante del hombre y demás seres por la vida.
El artista observa y aprehende la geometría contenida en cada escenario establecido sobre la percepción sensorial de la existencia. Todo espacio es una proliferación de signos, significados y significantes que acotan desde la intermitencia de la razón el concepto verificable de la realidad, desde la referencialidad del lenguaje la imagen se convierte en la prefiguración aceptada de lo que simboliza. La tarea del pintor es renombrar desde la sencillez mística de la línea y de la curva la esencialidad entrañable de las cosas que habitan y dimensionan el entorno, como es el caso de cerros, valle y selva virgen donde el paisaje es representado de manera simbólica, en su forma de concepto interior y totémico, como una evocación o una referencia personal de la memoria que nos trae de vuelta en el concepto la apropiación del sitio que previamente hemos vivido
La significación de lo observado, de lo que se percibe desde la parte sensible del ser y adquiere una nueva perspectiva en la mirada crítica y estética del artista es lo que da forma a su estilo y nos hace sentir empatía por el hecho artístico, nos transmite otra forma de ver y pensar lo que por experiencia propia conocemos; y nos sorprende por la nueva asociación entre imagen y concepto tal como puede verse en tintas como: Astronomía diurna o Física y química.
El mundo representado desde el universo interior, desde el dialogo inherente de la conciencia con el subconsciente; desde el acto de aportar nuevas significaciones a los significantes; desde el acto de observar y devolver a la naturaleza lo que caza la mirada en el transcurso circunstancial de la existencia, otorgando a la línea: símbolo y al símbolo: poética. Un ritmo de aguas lentas y seguras que invocan la grafía personalísima de lo indecible. La escritura que en su más pura abstracción espiral convoque el nombre indescifrable del todo desde la profundidad abismal de la nada. La caligrafía que emite la imantación hipnótica de su forma, su ritmo certero de agua que corre desde la potenciación de representar todo aquello que en el alma de las cosas es innombrable. Eso es en injusto y pobre resumen lo que nos ofrece la siguiente colección de obras sobre papel.
María saldaña julian

Constitución 104-1 Centro, Oaxaca

bodegaquetzalli@prodigy.net.mx

www.galeriaquetzalli.com



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