13 de julio de 2010

Antonio Cisneros recibe el premio Pablo Neruda: Poesia: POR LA NOCHE LOS GATOS

México, D. F. a 13 de julio de 2010.
AGENCIA TODOCULTURA


* El presidente de Chile, Sebastián Piñera, entregó el galardón al escritor peruano cuya obra valoró por "crear con palabras un nuevo mundo".
* Con el sello del FCE ha publicado el título Por la noche los gatos: poesía 1961 -1986, que compila 25 años de obra poética.

Antonio Cisneros, el poeta peruano más conocido de la generación de los años 60 de su país, recibió, de manos del presidente de Chile Sebastián Piñera, el Premio Iberoamericano de Poesía "Pablo Neruda" cuya obra valoró por "crear con palabras un nuevo mundo".
El Fondo de Cultura Económica se congratula por este reconocimiento a una voz significativa en la literatura hispanoamericana, autor de esta casa editorial con el título Por la noche los gatos: poesía 1961 -1986, que reúne 25 años de producción poética, caracterizada por una expresión directa, prosaica, crítica y corrosiva.
En el acto de entrega del reconocimiento, Piñera dijo que "Cisneros hoy, Neruda ayer, han creado con palabras un mundo nuevo", al destacar la preocupación del poeta por captar la realidad y ponerla frente a los ojos de los demás a partir de sus sentimientos.
Cisneros, por su parte, agradeció el premio en nombre de todos los poetas ya que no son muchas las veces en que se les reconoce.
Originario de Lima, Perú, donde nació en 1942, Cisneros es poeta, periodista, cronista, guionista, catedrático y traductor. Ha enseñado en diversas universidades del Perú, Estados Unidos y Europa. Actualmente es director del Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
Sus poemas se caracterizan por la frecuente alusión a aspectos de la literatura, la cultura y la vida contemporánea, como material para las reflexiones del autor, que suele usar un sentido del humor irónico.
Entre otras distinciones el vate peruano ha ganado los Premios Nacional de Poesía, Casa de las Américas, el Cosapi de la Creatividad, el Gabriela Mistral de la Organización de Estados Americanos, el Iberoamericano José Donoso, Poetas del Mundo Latino "Víctor Sandoval", que otorga el gobierno de Aguascalientes y la Orden de Caballero de las Artes y las Letras de Francia.
También han recibido el Premio Iberoamericano "Pablo Neruda" el mexicano José Emilio Pacheco (2004), el argentino Juan Gelman (2005), el peruano Carlos Germán Belli (2006), la cubana Fina García-Marruz (2007), la chilena Carmen Berenguer (2008) y el nicaragüense Ernesto Cardenal.
De esta forma Cisneros se convirtió en el séptimo ganador del premio chileno que consiste en una medalla y 30 mil dólares.

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POESIA de la noche con los gatos

Desde temprano

crece el agua entre la roja espalda

de unas conchas

y gaviotas de quebradizos dedos

mastican el muymuy de la marea

hasta quedar hinchados como botes

tendidos junto al sol.

Solo trapos

y cráneos de los muertos nos anuncian

que bajo estas arenas

sembraron en manadas a nuestros padres.
Comentarios Reales. Lima, 1964

ANTES QUE EL OLVIDOS NOS

Lo que quiero recordar es una calle. Calle que nombro por no

nombrar el tambo de Gabriel

y el pampón de los perros y el pozo seco de Clara

Vallarino y la higuera del diablo.

Y quiero recordarla antes que se hunda en todas las memorias

así como se hundió bajo la arena del gobierno de Odría

en el año 50.

Los viejos que jugaban dominó ya no eran ni recuerdo.

Nadie jugaba y nadie se apuraba en esa calle, ni aun los

remolinos del terral pesados como piedras.

Ya no había hacia dónde salir ni adonde entrar.

La neblina o el sol eran de arena.

Apenas los muchachos y los perros corríamos tras el camión

azul del abuelo de Celia.

El camión de agua dulce, con sus cilindros altos de Castrol.

Yo pisé entonces una botella rota. Los muchachos (tal vez) se

convirtieron en estatuas de sal.

Los perros (pobres perros) fueron muertos por el guardián de la

Urbanizadora.

Y la Urbanizadora tenía unos tractores amarillos y puso los

cordeles y nombró como calles las tierras que nosotros no

habíamos nombrado.

(También son sólo olvido.)
Lo que quiero recordar es una calle. No sé ni para qué.
Crónica del niño Jesús de Chilca. México, 1982

NATURALEZA MUERTA EN INNSBRUCKER STRASSE

Ellos son (por excelencia) treintones y con fe en el futuro.

Mucha fe.

Al menos se deduce por sus compras

(a crédito y costosas).

Casaca de gamuza (natural),

Mercedes deportivo color de oro.

Para colmo (de mis males) se les ha dado además por ser eternos.

Corren todas las mañanas (bajo los tilos)

por la pista del parque y toman cosas sanas.

Es decir, legumbres crudas y sin sal,

arroz con cascarilla, agua minerales.

Cuando han consumido todo el oxigeno del barrio

(el suyo y el mío)

pasan por mi puerta (bellos y bronceados).

Me miran (si me ven)

como a un muerto

con el último cigarro entre los labios.
Monólogo de la casta Susana y otros poemas. Lima, 1986



LONDRES VUELTO A VISITAR

(ARTE POETICA 2)

London’s burning

London’s burning

Por qué demonios tuve que volver a buscar esos muertos que ya otros habían enterrado.

8 Gloucester Road, 10 Redcliffe Gardens, Earls Court, Nevern Square, Metro de Sloane.

Coliseos después de los cristianos, cáscaras de huevo destruidas y armadas a lo largo de todo mi destierro.

“Las ciudades son las gentes que dejas”. Y qué había dejado sino cuentas del Kensington, la casa sin pagar.

Mis amigos se aburrieron de mi peña, y yo de leer versos para caer en gracia. Al fin y al cabo

las iguanas no podían echarle la pelota a sus agallas porque ya no servían, ni aullar por sus aletas llenas de uñas:

no había más remedio que saltar a la tierra (fin de la Era Terciaria).

Pero es bravo saber cómo y cuándo se pasa de ese Antes De Cristo al Después De,

si uno sale a la calle el día uno (siendo el siglo primero) y cree que es un viernes 24

(esto suena a Vallejo) y encuentra un Daily Mirror en el Metro y se entera que es jueves.

De ahí la explicación porqué Bernini perdió su clientela -próspera, al día en las noticias-

haciendo planos amplios, detallados del Gran Renacimiento cuando el mundo pasaba al corral del Barroco.

Ahora lo sabemos.

Elsham Road. Allí está la casita donde íbamos a ser / felices como chanchos.

Y el griego de la esquina que no me reconoce todavía. Cómo decirle “he vuelto después de casi un año”,

si aún no me comprende cuando pronuncio harina, lechuga, perejil (ah los griegos son duros de la oreja).

Mi primera esposa se quedaba dormida antes de los horarios convenientes, mis amigos

practicaban costumbres parecidas. Y el mundo es terminar chupando con algún sudafricano

negro, con algún sudafricano blanco ( a favor de los negros) y una reja

que en la noche rechina y te entusiasmas y entonces te imaginas a un viejo visitante:

la muchacha que juró perseguirte por las siete provincias, un dramaturgo inglés con yerba en los bolsillos. Una gorda que regresa cansada, que trepa a su covacha, eructa -no te saluda más.

Por todas esas cosas nunca vale la pena volver a las ciudades (ni habitarlas).

Y aquí, en la frontera con Italia, otra reja rechina. Es el Mistral, es la gorda extranjera que te eructa.

A veces piensas que si fuese la Muerte también te alegraría (y esto resuena a Heraud).

Y en Lima rechinaban esas rejas, y una y otra vez eran la misma, la redonda impostora, la que eructa: Ceniceros repletos,

el humo como un choro entre su concha (bajo el viejo silencio del primer cigarrillo), y en la calle

te es la misma vaina treparte al colectivo que va al Norte, treparte al colectivo que va al Sur

(“un laurel viejo de las manos del propio Virgilio y de manos de Erasmo una medalla rota”).

Me parece mentira que no aprendas.

Ya van a repetir -si lo repiten- que rampas entre tonos y entre temas de algún Romanticismo.

Sea el Arte Poética …. El libro de mis libros se acabó.
Por la noche los gatos, México, 1989

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