La Orgia de los sabores
El
vino de México no tiene imagen fuera del país: Rodolfo Gerschman
México
tiene grandes vinos, pero todavía no fuera de serie.
Es
muy joven en este arte milenario
Por Héctor León
Editorial Planeta ha
puesto en el mercado la Guía catadores
del vino mexicano 2012, del
periodista, catador y director de la influyente revista Catadores, Rodolfo Gerscham, que apoyado por un fuerte equipo de
periodistas y catadores, entrega esta guía que contiene 65 bodegas y 250
etiquetas. Un verdadero compendio de los exuberantes caldos nacionales.
Cada año la revista
Catadores, viene haciendo una cata del vino mexicano. Cuando se juntaron 200
muestras, cuenta Gerschman, fue el momento de alcanzar el anhelado sueño de
realizar la Guía de catadores del vino mexicano, en un encuentro afortunado con
Editorial Planeta que estaba en el mismo proceso.
La Guía cuenta con una
breve introducción donde ubica bodegas y terruños nacionales, para vino una
ficha técnica muy ilustrativa donde ubica viñedo, enólogo, hectáreas sembradas,
cosecha y precio de los caldos. Datos que trasparentan por mucho el trabajo de cada bodega.
Rodolfo Gerschman, es
sin duda, uno de los promotores del vino en México y por su trabajo cotidiano
de editor y articulista, es sin duda, un analista de los caldos y de los
procesos de su vinificación, así como de los mercados y estándares de calidad
del vino.
Para gerschman, la idea
de la Guía, es que las cosechas evaluadas, o sea los caldos, “estén en el
mercado”, pues comentó, “estamos hablando de producciones pequeñas, y que
si cambia la cosecha o se termina el
vino, hay que volver a catarlo”, lo que
llevó a un trabajo arduo, y prácticamente para el equipo de volver a catar
“hasta casi todos los vinos”. Un trabajo muy profesional, que hay que aplaudir.
Rodolfo Gerschman,
coordinó un equipo de periodistas, editores y de catadores, para realizar esta
Guía, que se convierte en un instrumento indispensable para aficionados y
profesionales del vino mexicano.
Alrededor de 4 mil
hectáreas sembradas de uva en el campo mexicano, es decir una cifra apenas
significativa tanto para las hectáreas sembradas en cualquier país vinícola,
como la extensión de los terrenos nacionales, posibles. Son compendiadas muy 250
etiquetas y 65 bodegas. La mayoría son bodegas pequeñas y por lógica los
precios de sus vinos “son altos, y de buena calidad”, generalmente, explicó el
especialista.
Si bien hay bodegas que
producen unas 25 mil cajas -- todavía no son bodegas grandes--, las hay que
producen 300 cajas. Por supuesto, casi todo el vino mexicano es para consumo
interno, y según Gerschman, “a México falta proyectos de gran envergadura”.
“Si produces 1500 cajas
pueden ser poco o mucho, pues si no hay una estructura de comercialización, de
distribución, igual no la puedes no vender”, explicó el periodista en vinos,
por lo que es necesario que las bodegas tengan una economía a escala, con una
estrategia en mercadotecnia y de difusión. Sin embargo, aun así, hay bodegas
que tienen buena presencia en el mercado.
Para el especialista,
México no ha dado un paso importante, “tener una imagen del vino fuera de
México”, pues aunque hay algunos periodistas en el extranjero que ya hablan del
los caldos nacionales, el vino de México no tiene imagen fuera del país, lo que
frena la posible inversión extranjera en el vino nacional. Por eso es
necesario, que se impulse el vino mexicano en el exterior. “Luego está el
problema crónico en México, que las bodegas no se unen y no tratan de armar un
frente común”, abundó.
Si bien es cierto, que
el gobierno no apoya este rubro, para Gerschman, lo importante es lo que hagan los vinicultores
y productores nacionales. “Creo que no hay que quejarse del gobierno, hay
muchos países que han hecho gran trabajo sin apoyo de sus gobiernos”, dijo.
¿A
qué sabe el vino mexicano?
La guía evalúa a los
vinos por puntos de 1 al 100. Y hay algunos vinos que alcanzaron 94 puntos. Lo que
habla de la buena calidad de los caldos nacionales para este grupo de catadores
que se dieron a la tarea de catar 250 vinos hasta dos veces, en un periodo de
siete meses.
Para el especialista,
el vino mexicano no tiene una tipicidad; la producción del vino seriamente en
México cuenta apenas con 50 años. Es un mercado joven. México está en proceso
de experimentación y evaluación de sus suelos, climas, uvas y condiciones.
Estas condiciones de suelos y procesos, hasta ahora, producen vinos
corpulentos. Esto es bueno, pero todavía a los vinos nacionales, en opinión de
Gershman, les falta elegancia.
Los vinos nacionales
tienen alta concentración de taninos, sobre maduración de la uva, vinos muy
concentrados y potentes; “un tipo de vino que, tal vez, estuvo de moda hace
unos seis años. Un vino hiper concentrado tánico, con las tonalidades dulces y de
alcohol alto. Los productores han empezado a trabajar más en la elegancia, que
no suba tanto el alcohol, están trabajando mejor la acidez y evitando exceso de
sal”, explicó.
“Muchos productores
están en la busca de un vino de mayor calidad. Hay muchos vinos de buena
calidad. Pero si queremos hablar de un vino fuera de serie, extraordinario,
pues hay que hablar de un trabajo más preciso, más centrado en el viñedo y con mejores
métodos de vinificación”, añadió.
México se encuentra en
un periodo de pruebas, y todavía en muy joven en los procesos de vinificación.
Recordemos que en Europa, tienen al menos, unos 600 años vinificando.
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