Roland Garros, París 2012
Nadal se convierte en un huracán de golpes
Obtiene su histórico séptimo Roland Garros
Por Héctor León
Cual Salvaje en
el mar, jinete de huracanes habituado a navegar sobre tormentas, forajido de Mallorca, El huracán de golpes
Rafael Nadal se impuso sobre ese profanador de ilusiones de Serbia Novak
Djokovic en su histórica cuarta final consecutiva del Abierto de París, en dos
días de juego, apenas acallada por la lluvia, por parciales de 6-4, 6-3, 2-6 y
7-5 en tres horas y 49 minutos de juego.
En la primera
Mrejada De golpes solventes, precisos, envenados, cuando en el tercer set los
jugadores se enfreascaron en un game de 44 golpes, parecía que ese mar de
oleadas no tenía un puerto seguro para ninguno de los marineros que
contrabandeaban un triunfo anhelado; pero vino la lluvia, cuando se escucho el
lamento del narrador: “esto no es para cardiacos”.
El conde
Djokovic, todavía No. 1 de la ATP ,
había superado al huracán de Nadal, en
Wimbledon y en New York en 2011 y en Merlbourne, en 2012. Nadal hace historia al lograr su séptima
copa de París.
Con una cancha
pésima, resbalosa, peligrosa, enlodada, la organización decidió detener y
posponer la batalla de todos tan deseada. Con un Djokovic venido a menos y a
quien la demora de un día le vendría a su favor. Pero al regreso el día siguiente,
cual guión de novela de ficción, el huracán de Nadal se le fue encima.
Nadal, superó a la leyenda de Björn Borg, se desplomó de rodillas al ganar,
corrió con su tripulación y se llevaron a puerto la victoria más deseada: ganar
al mejor del mundo.
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