30 de octubre de 2012

Acapulco, Callao, Valparaíso y Cartagena: cuatro chefs a nivel de playa y la cava del Casillero del Diablo


 

La orgía de los Sabores /Acapulco

 

3er festival de Pescados y Mariscos de Puertos del Pacífico


Acapulco, Callao, Valparaíso y Cartagena: cuatro chefs a nivel de playa y la cava del Casillero del Diablo


Por Héctor León
Fotos: Rutrh Monterrubio
Todoculturaagencia

La noche del viernes el cielo se desplomaba en lluvia y truenos sobre el colosal Puerto de Acapulco. El mar bravío, como el azafrán y los olores marinos, están en la mente, y descifrarlos es tan complejo como atinar al sabor del camarón o el ostión, y tal cual, adivinar las ideas de las mujeres mulatas acapulqueñas cuando en apoyo de cuatro dioses de la cocina dibujarían, cual tienda del herborista, 2400 platillos en 12 tiempos para 200 comensales al salir el sol del sábado.


El Casillero del diablo, la segunda bodega de vinos más grande del mundo,  disponía de cinco vinos al inusitado maridaje (pionero en su tipo y que  ubica a Acapulco a la vanguardia gastronómica) del Tercer Festival de Pescados y Mariscos de Puertos del Pacífico (Del 19 al 21 de octubre) con aproximaciones al inmenso mar sencillo, sutil y ardiente de Acapulco Callao, Valparaíso y Cartagena: proponiendo cada cual, tres platos gourmets, 12 en total y dos platos para cada vino. Una locura, ciertamente, una orgía romana acapulqueña.


Israel Kamakawiwo, se podría imaginar cantando Somewhere, over the Rainbow; las mesas de color rosa como el vino rosado Shiraz de Concha y Toro pintaban la atmósfera de la tarde del sábado cuando el sol alardeaba de romper con una humedad intangible cuando la primera oleada de 800 platos estaba en camino. Todos atentos, lo más granado de Acapulco y engalanados para la tarde.

 
 


Sabor del Pacífico a cuatro puertos

 
De la mano de los chefs: Carlos Zorrilla del Perú; Sebastián Baeza, de Chile; Andrés Valdés, de Colombia y Jorge María Pereiro de San Sebastián, nacionalizado acapulqueño, coordinador del concepto y chef ejecutivo del restaurante Bambuco del Hotel Elcano.


 
Persiguiendo una idea unitaria del Pacífico: ¿Cómo sabría la calidez de las sales y hierbas sublimes del Callao, con la extensión de la marejada de Valparaíso, el esmero bullicioso de Acapulco y la sabrosura costera de Cartagena? Se miran los chefs, ríen, sudan, van colocando ato de  vegetales, la flor de la pasión, las salsas a cada una de la 2 400 suculentas mezquitas o iglesias de sabor montadas en sus blancas superficies.

 
La belleza es el redescubrimiento  del mundo por parte de los ojos de lo que la mente  ya  conoce, escribió el escritor turco Orhan Pamuk, refiriéndose a estos magos de la pintura persa; y cuando esos cuadros son platillos y aparte de ser bellos esconden sabores indefinidos, resulta un salto a lo bellamente desconocido de la mente.

Octubre Ardiente en Acapulco

Entradas

(Callao)

Causa rellena de pulpa de cangrejos en salsa de huancaína roja

(Valparaíso)

Pipil frío calamares, salmón y mejillones.

(Acapulco)

Rulo de vegetales con jurel marinado, goma de soya y fruta de la pasión con chupito de ajo blanco

(Cartagena)

Encocado de Langostino

 

Platos Fuertes

(Callao)

Tacu tacu de Pallares relleno de saltado de mariscos

(Valparaíso)

Arrollado de salmón y atún a lo pobre

(Acapulco)

Bocado de pescado con costra de frutos secos y chilito suave al horno con alioli de mango y cremoso de aguacate con infusión de morita

(Cartagena)

Albacora encostrada con hierbas del Pacífico sobre risoto de coco y panela

 

Postres

(Callao)

Picarones de miel chanaca

(Valparaíso)

Arroz sin leche de vino navegado y caramelo de higos

(Acapulco)

Raspado de limón y guayaba con semilla y Mezcal Guerrerense

(Cartagena)

Merengón contemporáneo.




Yo,  el Casillero del Diablo


Hizo presencia en primera persona abriéndose paso a creyendo en sí mismo, como es su costumbre. Así abrimos con una cepa Viogner, afrutado para los dos primeros platos; le siguió su Chardonnay, seco y con tanino verde presente; después el vino rosado Shiraz, fresco y agradable; el Pinot Noir Reserva, cerró con sus notas robustas y tanino firme, y concluimos con un espumoso Brut Reserva, delicioso.

 

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